Cuando alguien me pregunta por el sentido filosófico del proyecto, contesto una u otra cosa dependiendo de mi estado anímico, aunque aun me sigo preguntando, que me movió a convocar ese extenso grupo de amigos para participar y dejar su huella en un pueblo de la castilla mas tradicional.
A destacar el hecho de que la relación de los artistas con mis paisanos fue muy fluida. Aún procediendo de países y culturas muy diversas su comportamiento se unificó en el trato con la gente, el saber popular creo que también intuyó que en el fondo, eran trabajadores, que en circunstancias especiales trataban de hacer su obra lo mejor posible a la vez que compartían con personas de otro ámbito.
Por justicia he de mencionar el numeroso grupo de artistas americanos que nos visitaron, encabezados por Rafael Rivera Rosa, quien en un alarde de generosidad y entusiasmo, viajo desde su Puerto Rico natal para realizar el primer trabajo del proyecto. Proyecto que llegaría a contar con un total de cincuenta pinturas mural. Rivera Rosa viajo con su ayudante Yago, su mujer Elena y su hija Yari Elena y fue un privilegio la convivencia con todos ellos. Después llegarían durante siete años que duro la iniciativa, gente de Puerto Rico, Cuba, Estados Unidos, Paraguay, Argentina Japón, Méjico, Santo Domingo, Venezuela, Austria, Italia, Marruecos, Alemania, El salvador, Francia, y por supuesto de las diversas regiones de España. Debo mencionar la estupenda labor de los amigos Vivian Asapche y Geo Ripley, quienes aparte de su arte aportaron su indiosincracia Latina, compartiendo con mis paisanos y hasta enseñándoles bailes caribeños.
Solo fue con el esfuerzo de estos artistas americanos, europeos y el Japonés Yoshiro Tamaguchi, que el proyecto salio adelante.
Ante el encuentro con las obras pictóricas, la reacción de la gente fue de lo más diverso. Nos sorprendió el premio que un diario conservador de Guadalajara nos concedió, como el trabajo más destacable en arte realizado en ese año. Creo que esto en parte se debió al entusiasmo mostrado por uno de sus colaboradores, Domingo Cardero, quien siguió el proyecto con gran atención. Después otros periodistas intelectuales, o políticos locales también nos darían su apoyo, merecen mención, Pablo Llorente, Antonio Herrera Casado, Jesús Jabonero, entre otros y dentro de la gente del pueblo hay una familia que destacó en aportar toda clase de ayuda, no voy a mencionar su nombre, pero ellos saben que son los referidos, sin embargo la oficialidad de la cultura de izquierdas en la capital, mantuvo una actitud distante, con las excepciones apuntadas.
Fue sin duda la mayoría de los habitantes de Escariche, quienes tuvieron una actitud activa y de apoyo constante, lo cual dejó sin argumentos a posibles detractores.
Las obras se van apagando con el paso del tiempo, algunas desaparecieron por diversos motivos, aunque recientemente un artista Navarro, Daniel Nicolay, retomó la antorcha y puso una obra de arte en la fachada de su casa familiar. Al sentir su entusiasmo, me hace recordar otros tiempos en que yo también lo tuve. Creo que para el pueblo es una gran suerte, que familias respetuosas, cultas y gente que tenga cosas que aportar sean sus nuevos vecinos, cosas que por otra parte en esta España, no son difíciles de aprender, al final la cultura nos hará mas libres, esperemos que esta época de convivencia democrática, tenga mas suerte que nuestra ultima república .
Yo por mi parte, aun me sigo emocionando, al encontrar un muro blanco donde pintar un paisaje de esperanza o leer palabras de A Machado, el poeta andaluz que escribió en Castilla y de Castilla, versos como….
“Desde un pueblo que ayuna y se divierte,
ora y eructa ,desde un pueblo impío
que juega al mus, de espaldas a la muerte,
creo en la libertad y en la esperanza,
y en una fe que nace
cuando se busca a Dios y no se alcanza,
y en el Dios que se lleva y que se hace.”
R de Mingo.
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Hace ya tantos años que Rufino, el hacedor del grupo, de la idea artística, el anfitrión en Escariche,el ilusionista, el compañero, el artista, me pidió participar en un proyecto de murales. Recuerdo que al hacerme la invitación lo atiborré a preguntas: que dónde está Escariche, qué tamaño tiene la pared, cuánto se tardaría en realizarlo,y por supuesto, le planteé que no tenía ni idea de cuál era el proceso, el material a usar y otras preguntas más sobre la realización del mural. Así fue que un día nos fuimos en autobús a Escariche para elegir una pared y luego, claro, preguntar al dueño de la misma si me la prestaba, regalaba o lo que sea para pintarla, porque en todo caso el dueño de la pared es él, por más que uno sea el artista, se invente una historia y con toda la mejor voluntad de inspiración le decore la pared elegida. Y les guste o no, dicha familia deberá convivir, o sea ver a diario el dibujito durante unos cuantos años. Pero con el tiempo, después de ver los primeros murales en otras casas, todo fue más fácil. La gente comenzó a ofrecer los frentes, laterales y el fondo de sus casas para que las decoráramos y una vez finalizado el mural, poder mostrarlo orgullosos a familiares y amigos y también contarles quién era el artista ejecutor... que si dominicano, venezolana, puertorriqueño, argentina, paraguaya, español, etc.
Yo elegí una pared esquina que tapaba un terreno baldío, ¿cuál sería el tema a pintar en ese entorno?... el campo se avistaba al fondo, en algún momento del día pasaba un rebaño de ovejas, cerca se encuentra el café restaurante del pueblo y ya había algunos murales pintados. Averigüé que en sus campos se cultivaba la lavanda, la vid, las cerezas, la miel. Decidí entonces utilizar como tema su cotideanidad . Debo decir que compartí los mismos tiempos de tarea con una artista paraguaya muy telúrica, Lucy Yegros con quien comparto amistad. Ella pintó su mural en una pared frente a " mi esquina". Yo, argentina de nacimiento vivo en España, pero Lucy viajó desde Asunción donde reside. Ella pintó un enorme pájaro multicolor latinoamericano y yo, racimos de uvas, cerezas, frutero y plátanos, ah! y puntillas.
Entre tantos pinceles, pinturas e ideas se movían las cacerolas en la grande y envidiable cocina de pueblo de la casa de Rufino, hermosamente decorada por supuesto por el “artista Rufino”. Entre las manos de su mamá se entremezclaban las verduras, carnes y demás alimentos para prepararnos deliciosos platos caseros, para luego poder seguir trabajando con más ahinco, que no sólo del arte vive el artista.
Así, Escariche fue inundándose de murales, de pintores, de fotógrafos, de televisiones, de periodistas. Fue inundándose de amistades, conocimientos, relaciones, saludos, invitaciones…y en esquina sí y esquina no, a la vuelta de la misma se topaba uno con un caballo, un rostro, un pájaro, una pintura abstracta, balcones ideados, racimos de uvas. Lástima que el tiempo los vaya empalideciendo, lo cual me hace pensar que la pintura vive, por lo tanto respira y muere. Quedan los recuerdos, las fotos, las películas, las postales y la ilusión de poder volver a pintarlos o retocarlos. Gracias Rufino
HILDA FUCHS
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Cuando allá por los años ochenta mi querido colega y amigo Rufino de Mingo, me habló de un proyecto de murales en su pueblo, simplemente le taché de loco por tener “Ideas tan extravagantes”…
Tengo que reconocer que con el tiempo, esa supuesta “Enajenación mental” a la que aludí en su momento, se transformo en una realidad, gracias al tesón y gran esfuerzo en reunir a un grupo de artistas plásticos en “La Casa de Piedra” de un Pueblo desconocido para nosotros y para muchos ciudadanos de nuestro país... Allí Rufino nos ofreció a todos, comida y alojamiento…
Y fue el lugar que a partir de ese momento pasó a ser “Cuartel general” y centro de reunión de no sólo los cuarenta muralistas sino de un sinfín de escultores, críticos de arte, periodistas, gente de la movida madrileña, hispanoamericana y del ámbito de Castilla la Mancha…
Hubo intento también de obra escultórica paralela a los murales por parte de Villa-Toro, Savagengroup y Manuel Amaro, diseños de R. de Mingo, Ibirico y Geo Ripley, que no llegaron a realizarse por falta de medios…
Nos quedaba un largo camino por recorrer…
Convencer a las autoridades municipales, luchar contra la susceptibilidad de los vecinos reacios a que pintaran los muros de sus casas, conseguir materiales, etc., etc.…
Afortunadamente hubo personas entre éstos últimos, sensibles al arte y el proyecto se inició con el mural de Rafael Rivera Rosa.
A partir de ese momento y tras la realización de otros más, la acogedora villa natal del autor del proyecto enclavada en pleno corazón de la Alcarria e ignorada por muchos, pasó a ser conocida mundialmente cómo “Escariche el Pueblo de los Murales”…
En cualquier caso, el hecho sirvió para que en España , tanto las autoridades locales como provinciales tomaran conciencia de la importancia del mismo y pusieran en marcha una serie de actos por tierras de Guadalajara (Pastrana, Almonacid de Zorita, Tartanedo, Trillo, Cifuentes, Sigüenza, Guadalajara…) que coincidieron con el Centenario del descubrimiento de América y al que se sumaron relevantes pintores, escultores y literatos de ambos lados del atlántico, con una serie de encuentros artísticos y exposiciones en Cuba, puerto Rico, Rep. Dominicana, Venezuela y España…
Han pasado más de dos décadas y aún subsisten los murales como patrimonio artístico de Escariche y sus ecos estéticos esparcidos por varios países…
Algunos de ellos han desaparecido (entre ellos el mío…), ante la pasividad y nula reacción por parte de las Autoridades y Escaricheros…
IBIRICO
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En el año 1987 recibí una invitación para participar de un evento nada común: pintar murales en un pueblo de Guadalajara, en España.
La propuesta venía de un artista español: Rufino de Mingo. Haber respondido positivamente a esta invitación ha sido una de las más importantes decisiones de mi vida. Viajar a España, descubrir un pueblo que nadie conocía, ni siquiera los españoles, realizar una intervención artística rodeada de las miradas sorprendidas de las personas que habitaban entonces este pueblo, fue la culminación de un proceso artístico que comenzó con mis estudios de fresco en la Escuela Superior de Bellas Artes de Paris, sólo que no se trataba de pintar muros interiores que visitarían conocedores en la materia, se trataba de hacer vivir el Arte de una manera instantánea y directa; estaba invitada a intervenir sobre las fachadas de las casas.
La ocasión me recordaba mis primeras intervenciones de adolescente en mi ciudad natal, Caracas, cuando en los años 70 realicé con mis amigos los primeros graffiti de la capital venezolana. El hecho de vivir la experiencia como una “performance” me atrajo de sobremanera, así que tomé un tren, atravesé Francia y llegué a Madrid donde me esperaba Rufino.
Me encontré frente a un artista osado y vanguardista; recuerdo a Rufino De Mingo trabajando incansablemente, creando sus pinturas, grabados, pendones y contactando personalidades para lograr el proyecto que reuniría a artistas de diferentes tendencias y nacionalidades.
Desde esa fecha, Rufino de Mingo comenzó a crear redes culturales cuando no existía el Internet. Rufino de Mingo nos demostraba cada día que con el trabajo y la confianza los artistas podíamos imponer ideas, criterios, imágenes y romper el hielo que separa entre sí a los mortales.
La actividad fue propicia para conocer a otros artistas, intercambiar técnicas, conceptos y experiencias. Al llegar a Escariche descubrí con admiración la obra de Carmelo Sobrino; este artista puertorriqueño tapizó con magistrales huellas gráficas una pequeña casa que hace esquina. Conocí el trabajo de Rafael Rivera Rosa y de Antonio Fernández, las obras de Hilda Fuch, Tony Ibirico, Diego Romero, Mary Carmen Patier, Lorenzo Olaverri, Anaida Hernández, Rafael Liaño y por supuesto las elaboradas por Rufino de Mingo y la expresión directa que dejó mi amigo Geo Ripley entre puertas, ventanas y tejas.
La idea mural que yo traía en mi cabeza fue irrealizable, no correspondía al espacio que me fue acordado: una doble pared de unos 22 metros de largo, conformada por un friso salpicado en cemento rugoso y otro espacio en tierra bruta. Esta doble fachada estaba al borde de la carretera, rodeada de girasoles y frente al pozo de agua de manantial. Un sitio ideal para plasmar los sueños de la comunidad. Tomé mi carnet de croquis y visité a los habitantes del pueblo; escuché con atención cuando narraban sucesos acontecidos en el lugar. Unos y otros recordaban con entusiasmo la fiesta del encierro, los toros en las calles, la gente corriendo, un hombre en el suelo, una virgen a cuestas, y el agua, las vasijas de agua, y el sol, ese sol español que quema los girasoles en verano.
Realicé mi friso; corriendo, como los personajes de mi obra. Utilicé tierra de colores mezclada con materia acrílica. Con los gestos gráficos fueron surgiendo el toro, los personajes, la virgen, el caído, las recogedoras de agua, las casas, el camino, las canciones, los gemidos, los visitantes, las huellas.
En Escariche quedó mi mural “Corre, corre que viene el toro” en mi vivencia quedaron las ganas de repetir esta experiencia colectiva. Llevé años tocando puertas para lograr un proyecto parecido; finalmente, en el 2007, nos volvimos a encontrar, Rufino y yo. Esta vez en Caracas, allí nació un fruto de la experiencia de Escariche; creamos otro museo al aire libre, sobre las fachadas de las casas, otro encuentro al cual se unieron unos veinte artistas más. Escariche fue sólo un comienzo.
Vivian Asapche
Paris, Mayo 2009
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Y TODAVÍA LLOVIZNA EN CADA CUADRO SU FANTASMA
Este pintor está entre los pocos hombres de Europa, de España en su particular caso, a quienes he creído, en quienes he tenido fe y confianza cuando hablan del encuentro entre su cultura y la nuestra; y más que concepto con el cual mostrar eufemísticamente acontecimientos pasados, en él, como en pocos, encuentro quiere decir algo vivo que se proyecta infinitamente en el tiempo y el espacio cósmicos, siderales. El llamó a pintores latinoamericanos para que llenaran, junto a un grupo de artistas jóvenes, todo un pueblo de la Alcarria de pinturas murales, las cuales se efectuaron en las paredes de las casas de familia. Hoy, los murales de Escariche constituyen un museo al aire libre, hermanador de pueblos y que se suma a otros tanteos museos libres del territorio español. El ha transitado solo por varios países de Latinoamérica presentando sus trabajos; ahora, tiene programado traer pintores jóvenes representativos de la más revolucionaria plástica española. Empezó a realizarlo.
José Marmol.
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“ARQUITECTURA, PINTURA Y ENTORNO
UN DIÁLOGO NECESARIO”
Escariche, puede ser el Macondo de las novelas del escritor colombiano Gabriel García Márquez. La cadencia de su arquitectura y el entramado, un tanto intimista en la disposición de sus calles, son activados y completados con espléndidos murales. Durante más de ocho años Rufino de Mingo en su suerte de reencuentro con su tierra primigenia, ha estimulado junto a artistas plásticos americanos y de la vieja Europa, un proyecto que hoy cuenta con creadores de 18 países.
Raúl Martínez, una emblemática figura de la pintura cubana, perteneciente a la última mitad de este siglo, ha decidido, fijar el tiempo a través de la alegoría y la metáfora, insertándose en un espacio multicultural. El mural de este creador, hace pensar que Europa, no es tan centro y que América no es tan periferia.
El ritmo de las imágenes, alcanza una estructuración cinematográfica. Las caras femeninas se resuelven en diferentes cuadros, reduciéndose o ampliándose gradualmente, enfatizando los detalles, con fondos y entornos representados por mariposas, floripondios, hojas y rosas, que se modifican atendiendo a las variaciones y gradaciones cromáticas.
El sentido carnavalesco de las figuras, la planimetría y estridencia del color, concuerdan con la génesis plástica del cine de Pedro Almodovar, lo cutre de Paco Clavel y la espectacularidad y cirulencia de Andy Warhol, sólo que desde un barroquismo consustancial a la magia, proporcionada por el trópico. El verdadero valor de esa obra de Martinez, se lo atribuirán los habitantes de este lugar , si en verdad, sienten que los ayudó a mejorar y enriquecer sus vidas.
JORGE FERNANDEZ
Licenciado en Artes Plásticas por la
Universidad de La Habana y crítico de arte.
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El Mural de Escariche de Rufo de Mingo
El Mural de Escariche (Guadalajara) de Rufo de Mingo, parcialmente dañado, fragmentado, es uno de los murales más interesantes de la provincia castellano-manchega, porque representa el hombre, ser humano, clónico, repetitivo, como el ser trabajador, que lucha para salir hacia delante.
Es el personaje emblemático por antonomasia de Rufo, en el sentido que lo presenta desnudo, tal cual vino al mundo, de cabeza notable, mirada si mirar, de fuertes extremidades superiores e inferiores.
Se trata del hombre común, el ser sencillo, cotidiano, totalmente adornado de su aura de ciudadano. Constituye el símbolo del ser humano corriente, que se encuentra caracterizado por una estética neutra, amorfa, viril, que afecta a su constitución física, dado que destaca por su musculatura, en toda su extensión.
El mural, en líneas generales, posee un cierto glamour, una intencionalidad irónica, social, de compromiso, pero, también, no está exento de sensualidad, de interés lúdico, dentro de un posicionamiento expresionista sutil, que atrae a partir del color, intenso, pero controlado, a veces, incluso, insinuante.
El gran formato del mural le permite destacar la importancia que le da al hombre que representa, abarcando toda su extensión, elaborado sobre la base de un docudrama en varios capítulos.
Rufo de Mingo, miembro del Movimiento Caos y del Grupo Abanico, insertado de lleno en lo artístico en los tiempos de la Movida Madrileña, artista comprometido, se caracteriza por presentar una obra marcada por su preocupación biológica, orgánica, por la atención del ser hacia fuera, delimitando los derechos que le son negados, reivindicando su materialidad.
Su actitud plástica se basa en defender lo social en un contexto político complicado, época en la que se realizó el mural. Artistas de los cinco continentes se concentraron en Escariche para llevar a cabo un encuentro mundial de creadores muralistas.
El creador castellano es un artista simbiótico, analítico, irónico, expresionista, social y sintético. Es simbiótico, porque analiza sincréticamente, cual visionario, indaga en los prolegómenos del laberinto, aquellos en los que todo es trascendencia.
Es analítico, porque toda obra supone un ejercicio de análisis y crítica de la realidad, adoptando un posicionamiento determinado.
Su ironía es contundente, porque va más allá de los límites de la insinuación, amplificando el escenario, aumentando la dosis de trascendencia de los elementos que intervienen, exagerándolos.
Es expresionista, porque desestructura y aumenta la pulsión de la realidad que aborda con determinación, dejándose llevar por los postulados deterministas.
Además, es social, porque su obra se encuentra dentro del expresionismo alegórico, determinando sus alcances, yendo más allá de los límites. Una alegoría que interviene en la estructuración de los conceptos ideológicos en los que se fundamenta su creación, siempre en actitud crítica respecto de la realidad, a la que observa con decisión y actitud constructiva.
Por otra parte es poeta del silencio, porque se descubre como la fuerza que indaga sobre sí mismo, respecto de la distancia, al margen de cualquier ambigüedad.
Aborda los instantes de los momentos, aquellos en los que la palabra deja paso a la imagen.
No se intuye ni se describe, solo hay palabras y conceptos, frases y líneas expresivas, pero, como si existieran por sí mismas, en el torrente incandescente de la propia virtud que le impulsa a romper tabúes de la sociedad, yendo más allá de lo que le limita.
Todos somos la totalidad, somos aquel hombre musculoso que se mueve con determinación, dotado de sensualidad, de gesto muscular, de actitud en la actividad; aunque, en ocasiones, su protagonismo en el mural de Escariche es compartido.
Esperemos que dicho mural se pueda recomponer lo antes posible, en el sentido de dotar a la obra de arte de su parte de alma que le han arrebatado. Porque dicha obra es la representación del yo perdido en la soledad del silencio, pero, también es la reafirmación de la vida, de la actitud de lucha ante la propia evidencia de su constatación.
Joan Lluís Montané
De la Asociación Internacional
de Críticos de Arte
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MURALISTAS DE ESCARICHE.
El proyecto de pintura mural, en un pueblo de Castilla la Mancha, Escariche, Guadalajara, conto desde su gestación, con una nutrida participación de artistas Hispano Americanos, cuenta Rufino de Mingo, artista local coordinador del proyecto, que en las reuniones que mantuvo con diferentes artistas en el Madrid de los 80, estuvieron Rafa Fernández, Carmelo Sobrino, Hilda Fush junto con artistas Españoles, como Diego Romero, Ibirico y él mismo. Todos ellos ya habían participado en diversas exposiciones colectivas, auspiciadas por las embajadas de sus países Americanos o bien por el ICI, Instituto de Cultura Hispánica, que apoyando a el grupo Abanico de Madrid, auspició exposiciones en Cuba, Republica Dominicana, puerto Rico y algún, etcétera., después seguirían colaborando con artistas madrileños del movimiento CAOS, ya que algunos plásticos del grupo abanico, pasaron a crear este movimiento en los casi ya 90, es el caso de Rufino de Mingo y Diego Romero.
Pero fue el puertoriqueño, Rafael Rivera Rosa, quien iniciaría el proyecto, con dos pinturas murales y un espirito constructivo, que le hizo viajar desde su Puerto Rico natal, hasta Escariche, con toda su familia, y un ayudante, el ceramista De Santiago, artista de la cerámica, que en esta ocasión por amistad hizo de ayudanta de Rivera Rosa; a este hombre ( relata de Mingo, en alguna entrevista) se debe en gran medida el éxito de asistencia de los otros artistas que llegaron a realizar, cincuenta trabajos, ya que aparte de su inconmensurable interés, llego a comprar de su bolsillo cantidad de materiales para otros artistas que no pudieran asumir los gastos de sus materiales.
Junto con Rivera Rosa, participaron otros tres paisanos suyos en diversas épocas, así lo hizo Carmelo Sobrino, Anaida Hernández y José David Miranda.
Durante los siete años que se mantuvo activo el proyecto, también participaron los cubanos Raúl Martinez, dándose la circunstancia de que este fue su trabajo póstumo, lo realizo con dos ayudantes de lujo el critico, Jorge Fernández y el artista Plástico, Ismael Gómez, que en esta época era su ayudante, otro cubano tiene su mural, Oscar Carballo, y lo intentaron sin éxito otros dos, Enrique Perez Triana, que con el boceto terminado y los materiales listos, falleció en un desgraciado accidente en La Habana, el otro Rubén Rodríguez, visito el pueblo a tal fin, pero por razones personales lo pospuso a mejores tiempos, de Argentina participo Hilda Fush, de Paraguay Lucy Yegros ; de Méjico, Jesús Tamazin, de la República Dominicana el extrovertido Geo Ripley, que coincidió en el tiempo y el lugar con la no menos artista y vital, Vivian Asapche, aparte de sus respectivos trabajos, enseñaron a los niños del lugar el ritmo de la salsa.
Diferentes publicaciones se hicieron eco , del proyecto y las televisiones Japonesa y Cubana rodaron trabajos de difusión así como el ICI , instituto de cultura ibero americana edito un video , que promociono el proyecto en todas sus sedes, de esta promoción , llegaron los que serian los últimos artistas hispanos en participar, Teresa García , U S A y los chicanos Cintia Rojas y Marcos Expender, después de su participación se estableció un intercambio con EL PRECITA EYES MURALS de la ciudad de San Francisco, en la que el pintor Diego Romero, realizo un mural .
Los otro participantes son los que verán en la exposición, de sus obras y el nombre de sus respectivos países.
Hay un gran numero de artistas dispuestos a proseguir con el proyecto, esperando, mejor predisposición en los políticos locales.
Maldita de Soja.
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En recuerdo a los murales de Escariche.
Es un honor para mi, poder recordar con este escrito, los Murales de Escariche.
Empezaré diciendo que una idea magnifica de Rufino de Mingo, gran pintor autodidacta, junto con otros artistas del grupo ABANICO, y el movimiento CAOS, de Madrid
fue llevada a cabo en un pueblo de Guadalajara llamado Escariche.
En esta ocasión, como en otras muchas, hubo una persona a la sombra que ayudo a la realización de este maravilloso proyecto, fue Ángeles López, la madre de Rufino una gran señora, que junto a otros familiares, Beatriz, amiga de la familia y un gran número de vecinos del pueblo, consiguieron hacernos sentir como en casa.
El proyecto de los murales se realizó con el entusiasmo innato que caracteriza a las ideas, y por amor a estas, se saltaron muchos obstáculos, para conseguir todo lo que conlleva realizar un proyecto de este calado, De Mingo, solo nos hablo de los logros, si le cerraron alguna puerta, ya se contaba con ello, hay cosas que por sabidas huelga mencionar.
Cuando la acción implacable del tiempo, borre el último vestigio físico de los murales, en el subconsciente colectivo de la gente pensante del lugar, quedara el recuerdo de una acción de convivencia de artistas dispares de lugares distantes, que un día, en loor a la solidaridad, se unieron con los habitantes de este pueblo para compartir esta experiencia.
Cerrare este pequeño homenaje, citando palabras de Walter Benjamin sobre la felicidad: “ Ser significa poder percibirse a si mismo sin temor” como en la historia Mummerchlen, un relato chino que cuenta Benjamin a propósito de.
Un pintor que dejo ver a los amigos su cuadro mas reciente, en el mismo estaba representado un parque, una estrecha senda cerca del agua que corría a través de una mancha de árboles y terminaba delante de una pequeña puerta que, en el fondo franqueaba una casita. Cuando los amigos se volvieron el pintor, este ya no estaba . Estaba en el cuadro, caminando por la estrecha senda hacia la puerta; delante de ella se paró, se volvió, sonrió y desapareció por la puerta entreabierta.
Gloria Cebrián .
Pintora.
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DE CHUECA A ESCARICHE
Teníamos una máxima: “La Movida ha muerto. ¡Viva la Removida! ¡El frotar se va a acabar!” Así éramos y nos expresábamos el grupo CAOS. En el pueblo de los pueblos, muchos mercaderes del vacío, muchos licenciados de piedra, muchas ferias de vanidades, muchos seres de negro, vacía de latido la ciudad, ventanas abiertas para corazones rotos y millones de insectos a la deriva que dan la espalda al paisaje y al fresco aire.
‘TATE-TATE’ (Galería). ¡Oh Madrid, Madrid! Un poco me matas. ‘HOMENAGEMMA’, ‘ARCADAS’, ‘ARTE EN LA HOGUERA’, ‘PINTURA PAGANA – PORNO BLANDO’, ‘MARQUESAS FALSAS AUTÉNTICAS’, ‘EUROPA GRÁFICA AMÉRICA’, ‘TRES RUSAS EN EL EXILIO’, COSTUS… la psicodelia de TINO CASAL… FABIO MAcNAMARA y su visión de Puerto Hurraco, PACO CLAVEL con sus fetiches, la exquisitez de PALOMA MARTÍN, RUFINO DE MINGO, GONZALO TORNÉ, LUIS CÁRDENAS y su metafísica, las chupadas de los vampiros de MANOLO CAMPOAMOR… JOSÉ MANUEL VELASCO se retrata como Sebastián, el poderío de VILLA-TORO, que nos brinda su obra fuerte como una ola, la obra calentita desde Nueva York de DIEGO ROMERO, EVA LIVERTEN y los vídeos artísticos de ANTONINO NIETO y OLIGARIO… Este mes estamos exponiendo a los jóvenes artistas cubanos del grupo ‘CALLE’. Después vendrían artistas como EDUARDO ARENILLAS, LUIS PÉREZ CALVO y su denuncia social, GUILLERMO VILLADÓNIGA, PALOMBI, el grupo de ÁNGELA BONANI, GEO RIPLEY, ELVIRA VACH, ALDO MELÉNDEZ, JOSÉ DAVID MIRANDA, RAFAEL RIBERA ROSA, RUBÉN RODRÍGUEZ y ENRIQUE PÉREZ TRIANA… Todo un grupo de artistas hispanoamericanos que fueron un lujo para la joven galería pionera en Chueca.
No puedo más. Necesito un descanso, y mi amigo Rufino me invita a Escariche, su pueblo, en Guadalajara, para participar, ya con tranquilidad, en el proyecto de vanguardia ‘MURALISTAS DE ESCARICHE’, organizado por él con el apoyo de casi todos los vecinos y artistas amigos de diferentes geografías y lenguas. Un acontecimiento excepcional. Todo un pueblo y sus calles convertido en una muestra de Arte Contemporáneo al aire libre.
Es el pueblo, otro mundo, otro universo, otro sentir el tiempo. Aromas, miel, paisaje abierto, pisto manchego en las cocinas, plaza tranquila, casas mirando al sol, hombres de labranza, mujer de marquesa bailando al son del timbal. ‘Mucho sueño de la quietud’ por sus calles, por sus campos y esa soledad sonora de la que hablaba Juan de la Cruz desde la vecina Pastrana a su admirada Teresa de Ávila, que vivía sin vivir en ella, entregados ambos al misterio de la divinidad. Esas dudas de él: “¡Sal, oh Dios, de tu escondite y se te descubra. Porque la dolencia de amor no se cura si no es con la imagen y la figura.” Decía Juan Sebastián Bach: “Todo lo que compongo lo hago para alabar la grandeza de Dios, y quiero que mi música sea el puente que llene este vacío hasta llegar a él.” Y es así como estos seres extraordinarios construyeron un monumento artístico que es un legado maravilloso para la condición humana.
Rufino quiso, y lo consiguió, aunque de una forma efímera, como lo es el transcurrir de nuestros días, dignificar todo su pueblo con murales y esculturas al aire libre de Castilla. Para mí fue un enorme placer que un vecino me dejara toda la pared de su casa, incluidas puerta y ventana, para que en ella construyera mi universo, universo que algunos no entendían pero que a ninguno le era indiferente. Y me sentí privilegiado por dejar para mí ese espacio de la Plaza Mayor donde los sabios del lugar reflexionan sobre el devenir del tiempo, lo vivido, gozado y sufrido. Todos me facilitaron todo: pinturas, andamios, seguridad, tranquilidad, buen comer, buen dormir. Colmado de detalles por la madre de Rufino, maravillosa mujer, inolvidable anfitriona. Todo un lujo de persona. Benjamín, un encanto de hermano para Rufino. Tampoco quiero olvidar las atenciones que nos deparó Beatriz, amiga de la familia y toda una experta en cocina alcarreña.
Sentí el silencioso aullido prehistórico del saberme parte y extraño de este milagro que es la vida. Y dejé mi huella de hacer camino en esa tierra dulce de miel de la España profunda. Creo que el Arte es Tragedia, y los que amamos y nos recreamos con el verdadero arte no somos nada más que testigos mudos del no saber el porqué. No, no quiero ser pesimista. Muy al contrario. ¡Qué bellos ojos pintados por Leonardo! ¡Qué bellezas femeninas las de Botticelli! ¡Qué sensuales brazos y pechos del gran Miguel Ángel! ¡Cuánta alquimia en Velázquez en su afán por retener el metafísico concepto Espacio! ¡Qué drama del mundo de Goya, de Solana, de Romero de Torres…! Fealdad y belleza, dos caras en el arte pero la misma cosa. ¿Acaso la belleza de la pintura de Leonardo no es nada más que el afán de retener por un instante lo que irremediablemente será putrefacto? ¿No son las pinturas negras de Goya “la denuncia hecha arte” de la locura demoníaca del hombre? Los dos conceptos son iguales, y lo que se pretende con ello es una misma cosa: dignificar la condición humana que tan efímera es.
Esto que digo, amigo Rufino, lo has conseguido tú en tu pueblo, engrandeciéndolo y como digo dignificándolo, y te admiro por ello. Mucha gloria a Escariche y desterremos ya para siempre tanta mediocridad.
Luis Cárdenas.
Montilla (Córdoba) Marzo 2009.
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